Estas hazañas de brillantez atlética redefinen lo que creíamos posible. El 14 de agosto de 2016, en el Estadio Olímpico de los Juegos de Río de Janeiro, se produjo uno de esos momentos cuando el sudafricano Wayde van Niekerk cruzó la línea de los 400 metros, eclipsando el récord mundial de Michael Johnson, que tenía 17 años, y su récord olímpico, que tenía 20 años.
El aire estaba cargado de asombro, no sólo porque se habían batido los récords, sino porque la marca récord mundial de Johnson se consideraba casi invencible en los círculos del atletismo. Sin embargo, el excepcional crono de Van Niekerk de 43,03 segundos hizo añicos esa ilusión...
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